La Iglesia Católica aboga a favor de la autenticidad del lienzo como el sudario de Cristo, esgrimiendo entre otros argumentos los siguientes:
1- los iniciales análisis del polen y el trazado del tejido, así como la impronta de una moneda sobre el ojo derecho, confirmarían la época del uso del lienzo
2- mientras que la huella de la figura humana parece claramente una imagen negativa, las manchas de sangre y las heridas se reproducen en positivo, es decir, se formaron por contacto directo con el cuerpo ensangrentado
3- la impronta ha sido impresa por un cadáver que aún no ha dejado restos de putrefacción, lo que indica que el cuerpo ha permanecido envuelto en el lienzo el tiempo necesario para que se forme la imagen, pero no tanto como para que la imagen haya desaparecido por la descomposición del cuerpo
4- las heridas de las manos no aparecen en las palmas, sino en las muñecas, el único lugar idóneo para introducir un clavo a fin de suspender el cuerpo; para la iglesia católica, esto constituye una prueba evidente de que no se trata de una falsificación, ya que un falsificador habría representado la herida en la palma conforme a la tradición iconográfica
5- las manos presentan solo 4 dedos, una prueba más de que no es una falsificación (un falsificador no se habría atrevido a representar así las manos de Cristo), y es que el pulgar se repliega como consecuencia de la herida de la muñeca
6- la sangre debió salir del costado después de la muerte, lo que concuerda con lo relatado en los Evangelios (Juan, 19, 33-34)
Tras los argumentos a favor de su autenticidad, algunos otros en contra:
1- ya en el siglo XIV, las dudas sobre la autenticidad del lienzo circulaban incluso entre los propios círculos eclesiásticos. El Papa Clemente VII autorizó en 1389 la exhibición de la tela con la condición de que quedara claro que era tan solo una pintura de la Sábana Santa, y no el verdadero sudario de Cristo. En palabras del obispo Pierre d'Arcis, "Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente"
2- cuando Secondo Pia fotografía la tela en 1898, concluyó que se trataba de un negativo fotográfico, lo que arroja algunas dudas: ¿cómo es posible, si se trata de una imagen en negativo, que las manchas presuntamente de sangre sean rojas mientras que la barba del personaje es negra? ¿Estamos en presencia de una proto-fotografía siglos antes del descubrimiento de la fotografía?
3- la postura del cuerpo, un hombre de aproximadamente 80 kilos de peso y 1,80 metros de altura, es prácticamente imposible: en la imagen frontal aparece relajado, con las piernas estiradas, mientras que en una visión dorsal se aprecia la planta del pie derecho
4- las manchas de sangre no se corresponden con la imagen tradicional de un crucificado con los brazos extendidos sobre la cruz
4- las manchas de sangre no se corresponden con la imagen tradicional de un crucificado con los brazos extendidos sobre la cruz
5- en los estudios llevados a cabo en los años 70 del siglo XX, el microanalista forense Walter McCrone llegó a la conclusión de que las manchas tradicionalmente admitidas como gotas de sangre eran en realidad muestras de bermellón, un pigmento utilizado en la pintura de la Edad Media
6- ¿por qué los Evangelios no dicen nada acerca de la conservación de una reliquia de tal importancia para la cristiandad?
7- en 1988, tres laboratorios de Estados Unidos (Arizona), Reino Unido (Oxford) y Suiza (Zurich) realizaron pruebas para determinar la cronología de la tela mediante la datación por radiocarbono, arrojando resultados que permitían datarla entre 1260 y 1390 (± 10 años)
7- en 1988, tres laboratorios de Estados Unidos (Arizona), Reino Unido (Oxford) y Suiza (Zurich) realizaron pruebas para determinar la cronología de la tela mediante la datación por radiocarbono, arrojando resultados que permitían datarla entre 1260 y 1390 (± 10 años)
Ante el irrefutable resultado de la prueba de datación por C14, la Iglesia Católica sostiene que se trata de una pieza que, más allá de su valor histórico, evoca la Pasión de Cristo, lo que justifica la veneración y el respeto por parte de los fieles. Los intentos de explicar la datación medieval que el tejido arroja a partir del C14 han sido varios: la tela se remendó en la Edad Media, o fue envuelta en un tejido de época medieval, lo que contaminó la tela original...