viernes, 28 de abril de 2017

LA SÁBANA SANTA: fraude o milagro (2ª parte)


La Iglesia Católica aboga a favor de la autenticidad del lienzo como el sudario de Cristo, esgrimiendo entre otros argumentos los siguientes:

1- los iniciales análisis del polen y el trazado del tejido, así como la impronta de una moneda sobre el ojo derecho, confirmarían la época del uso del lienzo
2- mientras que la huella de la figura humana parece claramente una imagen negativa, las manchas de sangre y las heridas se reproducen en positivo, es decir, se formaron por contacto directo con el cuerpo ensangrentado
3- la impronta ha sido impresa por un cadáver que aún no ha dejado restos de putrefacción, lo que indica que el cuerpo ha permanecido envuelto en el lienzo el tiempo necesario para que se forme la imagen, pero no tanto como para que la imagen haya desaparecido por la descomposición del cuerpo
4- las heridas de las manos no aparecen en las palmas, sino en las muñecas, el único lugar idóneo para introducir un clavo a fin de suspender el cuerpo; para la iglesia católica, esto constituye una prueba evidente de que no se trata de una falsificación, ya que un falsificador habría representado la herida en la palma conforme a la tradición iconográfica
5- las manos presentan solo 4 dedos, una prueba más de que no es una falsificación (un falsificador no se habría atrevido a representar así las manos de Cristo), y es que el pulgar se repliega como consecuencia de la herida de la muñeca
6- la sangre debió salir del costado después de la muerte, lo que concuerda con lo relatado en los Evangelios (Juan, 19, 33-34)

Tras los argumentos a favor de su autenticidad, algunos otros en contra:

1- ya en el siglo XIV, las dudas sobre la autenticidad del lienzo circulaban incluso entre los propios círculos eclesiásticos. El Papa Clemente VII autorizó en 1389 la exhibición de la tela con la condición de que quedara claro que era tan solo una pintura de la Sábana Santa, y no el verdadero sudario de Cristo. En palabras del obispo Pierre d'Arcis, "Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente"
2- cuando Secondo Pia fotografía la tela en 1898, concluyó que se trataba de un negativo fotográfico, lo que arroja algunas dudas: ¿cómo es posible, si se trata de una imagen en negativo, que las manchas presuntamente de sangre sean rojas mientras que la barba del personaje es negra? ¿Estamos en presencia de una proto-fotografía siglos antes del descubrimiento de la fotografía?
3- la postura del cuerpo, un hombre de aproximadamente 80 kilos de peso y 1,80 metros de altura, es prácticamente imposible: en la imagen frontal aparece relajado, con las piernas estiradas, mientras que en una visión dorsal se aprecia la planta del pie derecho
4- las manchas de sangre no se corresponden con la imagen tradicional de un crucificado con los brazos extendidos sobre la cruz
5- en los estudios llevados a cabo en los años 70 del siglo XX, el microanalista forense Walter McCrone llegó a la conclusión de que las manchas tradicionalmente admitidas como gotas de sangre eran en realidad muestras de bermellón, un pigmento utilizado en la pintura de la Edad Media
6- ¿por qué los Evangelios no dicen nada acerca de la conservación de una reliquia de tal importancia para la cristiandad?
7- en 1988, tres laboratorios de Estados Unidos (Arizona), Reino Unido (Oxford) y Suiza (Zurich) realizaron pruebas para determinar la cronología de la tela mediante la datación por radiocarbono, arrojando resultados que permitían datarla entre 1260 y 1390 (± 10 años)



Ante el irrefutable resultado de la prueba de datación por C14, la Iglesia Católica sostiene que se trata de una pieza que, más allá de su valor histórico, evoca la Pasión de Cristo, lo que justifica la veneración y el respeto por parte de los fieles. Los intentos de explicar la datación medieval que el tejido arroja a partir del C14 han sido varios: la tela se remendó en la Edad Media, o fue envuelta en un tejido de época medieval, lo que contaminó la tela original...



viernes, 21 de abril de 2017

LA SÁBANA SANTA: fraude o milagro (1ª parte)

La Santa Síndone, Turín

Desde hace siglos, el Duomo de Turín custodia la denominada Santa Síndone, el supuesto sudario de lino en el que Jesús de Nazaret fue envuelto tras su descendimiento de la cruz. Según los Evangelios, José de Arimatea depositó el cuerpo de Cristo en el sepulcro después de envolverlo en el lienzo. Se trata de una pieza de lino de unos 4,36 m. de largo por 1,10 de ancho, con distintas marcas impresas, entre las que destaca la imagen en claroscuro de una figura humana con coladuras sanguíneas.

Según el Centro Internazionale di Sindonologia (creado en 1959 a partir de la sociedad Cultores Santae Sindonis para los descubrimientos e investigaciones relativas al sudario), con anterioridad al siglo XIII las noticias históricas confirman la tradición de la conservación del lienzo sepulcral de Cristo. Así, en el año 544 en Edessa (la actual Turquía) se conservaba una imagen extraordinaria (el Mandylion) plegada de tal modo que permitía observar únicamente el rostro, imagen que fue trasladada a Constantinopla en el año 944, donde se extendió para que pudiera ser contemplada en su totalidad.

En 1204, los Cruzados ocupan Constantinopla, facilitando la dispersión de las reliquias, lo que explica que a mediados del siglo XIV el lienzo aparezca en posesión de Godofredo de Charny en Francia. En 1453, la reliquia es cedida a Luis de Saboya, quien la custodia en la capilla de Chambéry (Francia).

En 1532, en concreto el 4 de diciembre, se declara un incendio en la sacristía de la capilla de Chambéry; una gota de metal fundido de la caja de plata que contiene el lienzo atraviesa la tela, la cual es restaurada poco después.

En 1578, la Síndone se transfiere a Turín. 

El 28 de mayo de 1898, el lienzo es fotografiado por primera vez por el abogado Secondo Pia, el cual plasma la imagen en un negativo de cristal para hacer el revelado. Horas más tarde, en su laboratorio, descubre que en ese negativo de cristal aparece definido perfectamente un rostro y el cuerpo con diversas heridas. 
Imagen en positivo (a la izquierda) y en negativo (a la derecha)
Ya en 1983, con la muerte de Umberto de Saboya, la tela pasa a ser propiedad de la Santa Sede por voluntad del testador, quien impuso como condición que permaneciera en Turín.






viernes, 14 de abril de 2017

FALSIFICACIONES IV: Mark Landis

Falsificación  de Landis (arriba) y original de una acuarela de Paul Signac

Mark Landis (Virginia, 1955) es un conocido falsificador de obras de arte que puede presumir de "generosidad".

Al serle diagnosticada una esquizofrenia juvenil, se sometió a una terapia artística, descubriendo su talento para la imitación y copia de pinturas. Desde mediados de los años 80, amparado en una supuesta afición por el coleccionismo, comenzó a ofrecer desinteresadamente obras pictóricas, falsificadas por él mismo, como si de originales se tratasen, donando multitud de cuadros a distintos museos e instituciones. Ni que decir tiene que estos aceptaban las donaciones sin hacer demasiadas preguntas, al poder adquirirlas de manera gratuita.

Pero como todo tiene un límite, en 2008 saltó la sorpresa: en su afán por poblar los museos con sus obras, ofreció copias de la misma obra a diferentes galerías, lo que finalmente destapó el fraude.

Y dado que no había cobrado nada por tales donaciones, no pudo ser juzgado por estafa...

"Obviamente, no es un crimen regalar una pintura a un museo, y me trataron como a la realeza. Una cosa sucedió a la otra, y seguí haciéndolo durante 30 años", se jactaba Landis en una entrevista.

Landis se convirtió en toda una estrella, rodando diversos documentales sobre su vida (ver enlace más abajo). Incluso el 1 de abril de 2012, el Museo de Arte de Cincinnati inauguró una exposición con sus falsificaciones, con Landis como invitado de honor. Dicen las malas lenguas que la fecha elegida para la inauguración (el 1 de abril equivale a nuestro día de los Santos Inocentes en el calendario anglosajón) no fue casual...

https://www.youtube.com/watch?v=CeM4cFmXb3E

sábado, 8 de abril de 2017

FALSIFICACIONES III: Elmyr de Hory

Obra de Hory "al estilo" de Gauguin
Elmyr de Hory (Hungría 1906) se suma, por méritos propios, a la lista de los mayores falsificadores de obras de arte del siglo XX. Tras estudiar arte en París, se adentra en el mundo de la falsificación casi por casualidad: una conocida suya le pagó una sustanciosa cantidad por un dibujo que encontró en el estudio del pintor en la errónea creencia de que se trataba de un original de Picasso. A partir de aquí, Hory descubrió la forma fácil de hacer dinero, llegando a falsificar más de 1000 obras de artistas como Picasso, Matisse, Monet, Degas o Modigliani.

El fraude se destapa en 1967, cuando un magnate del petróleo norteamericano comienza a sospechar acerca de la autenticidad de algunas de sus adquisiciones, las cuales, tras pasar por varios peritos, resultaron ser una imitación.

Elmyr siempre defendió su inocencia, alegando que él era un imitador, no un falsificador, y que las firmas en las obras las añadía después sin su conocimiento el marchante. Insistía en que "la firma no significa nada, lo importante es la obra".

Lanzado al estrellato al aparecer en la película F for fake de O. Wells, Elmyr se suicidó en Ibiza, donde residía, en 1976, al ser informado de que iba a ser extraditado a Francia para ser juzgado por falsificación y fraude. 


Su historia sirve de punto de partida a una reflexión sobre la valoración de las obras de arte, una polémica no resuelta a día de hoy y que muchos expertos se plantean: ¿por qué una reproducción-imitación de una obra de arte original -que en ocasiones puede incluso superar al original- carece de valor? ¿Qué prima más en el arte, la obra en sí o su autoría?