martes, 21 de febrero de 2017

ANDRÉ MALRAUX: de expoliador de arte jemer a ministro de cultura francés

Banteay Srei. Camboya
Miraba la piedra como si fuese la primera vez que la veía; no podía descartar la idea de una desproporción entre ella y la sierra, de una imposibilidad. Atacó el bloque, después de haberlo mojado. La sierra penetró chirriando en la arenisca. Al quinto esfuerzo, resbaló; saltó del corte. No le quedaba un solo diente... Tiró la piedra y miró ante sí: en el suelo, un gran número de piedras ostentaban fragmentos de bajorrelieves casi borrados...
                                                 André Malraux. La vía real. 1930

Con estas palabras explica un personaje de la novela "La vía real", de A. Malraux, su frustración ante los reiterados esfuerzos por arrancar los bajorrelieves de un templo camboyano. Una novela que, según muchos, recoge de alguna manera parte de la experiencia personal del propio autor. Y es que Malraux es de esos personajes con luces y con sombras, cuya trayectoria personal fascina a algunos, produce rechazo en otros.

Nacido en Francia en 1901, se interesa desde joven por la arqueología y el arte. En 1921 contrae matrimonio con Clara Goldsmidt. Tras haber perdido toda la dote de su esposa en una fallida inversión en una compañía minera, en 1923, acompañado de Clara y de un amigo, decide embarcarse en una aventura por la Indochina francesa, a fin de hacerse con algunos bajorrelieves y estatuas de los templos camboyanos para venderlos en Europa.

En octubre de 1923, la expedición llega al templo de Banteay Srei, una de los joyas del arte jemer del siglo X, dedicado al dios Shivá, que había sido descubierto por los franceses unos años antes. Tras algunas dificultades -como las del personaje de su novela-, se apoderan de diversos bajorrelieves y algunas figuras escultóricas, siendo descubiertos unos días después cuando transportaban el fruto del saqueo. Clara Goldsmidt fue liberada, regresando a Francia, donde inició una campaña de apoyo a su marido. Malraux y su amigo fueron sometidos a un juicio en Saigón en 1924, e inicialmente condenados a tres años de prisión. La presión francesa facilitó la conmutación de la pena por una fianza, regresando Malraux a Francia.
En los años posteriores, se vio involucrado en las brigadas internacionales en la guerra civil en España, y fue miembro de la resistencia francesa contra los nazis. En 1958, es nombrado Ministro de Cultura en Francia, cargo que ocupa hasta 1969, falleciendo unos años después. Durante su mandato, contribuyó decididamente a la preservación y difusión de la cultura francesa; creó la Direction des Recherches Archéologiques Sous-Marines, y jugó un decisivo papel en la preservación y traslado de los templos nubios en peligro con la construcción de la presa de Asuán. 

Para Malraux, "el arte es una rebelión contra el destino". Rebelión que él mismo protagonizó durante su juicio en Saigón, acusando a las autoridades de la dejadez y falta de protección de los monumentos que el propio acusado había contribuido a expoliar... 


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