Retrat d'una vaileta. Joan Miró (1919). Fundación Miró Barcelona |
En abril de 1988 se produjo un robo de arte que tuvo una gran repercusión mediática, tanto a nivel nacional como internacional: la sustracción de seis cuadros de Joan Miró de su Fundación en Barcelona, entre ellos "Retrat d'una vaileta", una de sus obras más conocidas. La facilidad con que se produjo el robo condujo a una reflexión acerca de las condiciones de seguridad de los museos, y provocó más de un enfrentamiento político.
En la madrugada del 4 al 5 de abril de 1988, los ladrones accedieron al interior de una de las salas del museo rompiendo con unas mazas y un martillo mecánico las paredes acristaladas. El ruido alertó al vigilante de seguridad, que no pudo hacer nada más que avisar a la policía. Para cuando llegó la Guardia Urbana, los ladrones ya habían huido con el botín.
El cúmulo de "casualidades" que favorecieron el acto de expolio es cuanto menos sorprendente: los servicios de alarma estaban desconectados por las obras de ampliación que se estaban llevando a cabo en la Fundación; la perra guardiana casualmente acababa de tener cachorros, por lo que se encontraba atada e inoperativa; y el vigilante de seguridad era un hombre jubilado de 62 años, que no iba armado y que carecía de la preparación necesaria para hacer frente a situaciones de este tipo. Para mayor despropósito, tanto el personal del museo como la propia Guardia Urbana indicaron a los servicios de limpieza que recogieran el estropicio, por lo que cuando llegó al lugar la policía científica no pudo recoger huellas ni evidencias, ya que todo había sido cuidadosamente limpiado.
Tras dos meses de investigación policial, se detuvo a los responsables, dos delincuentes comunes con un amplio historial delictivo, y se consiguió recuperar la totalidad de las obras, tres de las cuales al menos los ladrones tenían previsto intercambiar por cocaína con unos traficantes italianos.
Cuando los detenidos prestaron declaración ante la policía, los agentes quedaron sorprendidos ante su desfachatez: tenían pensado robar en el Museo Picasso de Barcelona, ya que lo consideraban un "golpe" fácil: "Avísenles, porque si no somos nosotros lo harán otros".
A raíz de estos hechos, varios diarios catalanes publicaron diversos artículos relativos al desamparo de los museos, denunciando la situación de falta de seguridad de estas instituciones y reclamando una mayor inversión tanto en medios técnicos como en la profesionalización de los encargados de custodiar las obras de arte.
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